Grant Morrison y el testamento de Clark Kent
Hay historias de Superman que hemos olvidado o que no pudimos leer. Algunas porque están fuera de la continuidad del personaje, otras porque podían parecer muy ridículas y otras tantas porque eran muy fieles al tiempo en el que fueron escritas, con las particularidades y extravagancias de cada caso.
En el 2005, el escocés Grant Morrison, un tipo calvo al que persigue la genialidad, juntó parte de estas historias en una sola aventura a la que llamó All Star Superman. El guionista se centró en los clásicos cómics de Superman de la Edad de Plata (1950-1970), en los que siempre estaba presente la tecnología, con menos pantallas digitales como las de ahora, pero con mucho gigantismo y colorido. Es más, se podría decir que si uno iba vestido de capa y colores en los 50, podía pasar por un hombre del futuro y no por un fugitivo de una fiesta Drag.
Otro componente, siempre presente en los cómics de Superman de esa época, eran sus líos con Lois Lane. De hecho, eran los líos de Lois Lane con Superman. Fuera de las viñetas, el mundo estaba cambiando. Se hablaba de la liberación femenina y del amor libre, pero en las páginas del cómic del kriptoniano, Lois buscaba desesperadamente casarse con Superman, y si no era con él, con cualquier sustituto que diera la talla. No era extraño, entonces, que el héroe terminara enfrentándose con viajeros espaciales, héroes de la mitología griega o hebrea, u otros kriptonianos, por retener el amor de su dama, que (lo planearan o no en DC) daba la impresión de ser una muy empeñosa chica de cascos ligeros.
Finalmente, en la llamada Edad de Plata estaban desesperados en saber qué pasaría en el futuro lejano con Superman y sus amigos. No habían desarrollado este apego desesperado por mantener la continuidad del personaje (que, es cierto, se rompe cada vez que bajan las ventas) y por ello inventaban todas las historias alternativas que se les ocurrieran. Que si Superman envejecía hasta convertirse en un nonagenario que andaba con bastón y mallas, que si el personaje evolucionaba hasta convertirse en un ser macrocefálico de coeficiente intelectual inalcanzable, que si Jimmy Olsen se transformaba en el peligroso hombre tortuga, no había límites, era fantasía pura contagiada de la sicodelia del momento.
Pues bien, Morrison mezcló estas rarezas para unirlas en un todo singular, con mucho sentido del humor y una coherencia que abruma. Claro que nos puso una trampa para que lo siguiéramos en su peculiar viaje. Desde el primer número de la serie, Morrison deja en claro que su Superman va a morir, que una sobrecarga de radiación solar (en realidad, una trampa puesta por Lex Luthor) apenas le ha dejado tiempo para realizar 12 hazañas más y para despedirse de los seres que ama con un testamento. A Morrison, por si no lo he dicho antes, le encanta estrujar el corazón de sus lectores.
Por todo esto, y por el estupendo arte de Frank Quitely, All Star Superman ganó tres premios Eisner y dos premios Harvey en Estados Unidos, además de tres Eagle en Inglaterra. Ahora, se anuncia una adaptación de la serie en una película animada (el trailer de la misma está al final de este post). Cruzo los dedos para que tanta magia pueda contenerse en una hora y media de animación.
"Y a Clark Kent, el apacible reportero que nunca me dejó olvidar como se siente ser un hombre oprimido, ordinario...le dejo el titular del siglo: Superman está muerto", All Star Superman número 10.
Lois Lane aparece en All Star Superman como lo hizo en el número 57 de la primera colección del kriptoniano.
El escuadrón de supermanes recuerda a las historias alternativas que se hacían sobre el futuro del personaje en los 60.
Después de años de ausencia, Samson y Atlas vuelven a las historietas de Superman.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=2zPv6DiA_eM]